En crecimiento personal y desarrollo profesional se habla mucho de la utilidad e importancia de ser “positivo”. La literatura y los cursos son muchísimos.

Uno de los ejemplos clásicos que se ponen es el de encontrar aparcamiento. Algunas personas dicen: “Si visualizas un hueco para tu coche irás y lo encontrarás”.

Ahora bien, cuando pregunto a esas personas que son “positivas” y son eficaces encontrando aparcamiento, acerca de cómo gestionan su percepción sensorial, es decir cómo miran su entorno, se empieza a aclarar lo que hacen inconscientemente.

No solo es que se visualizan aparcando, es que, sobretodo, lo que hacen es estar muy atentas a lo que ocurre a su alrededor: Morros de coche que salen, gente con llaves de coche en la mano, intermitentes para salir, gente que mete/saca objetos del maletero, etc.

Ser «positivo» no tiene que ver con nada mágico.Está relacionado con cómo se orienta el pensamiento y la acción.

Para poder percibir todo eso deben de haber desarrollado habilidades de percepción visual tales como visión periférica o visión en profundidad. Una persona que mira en profundidad a 300 metros tiene más posibilidades de ver las pistas anteriores que alguien que solo escanea a 20 metros.

Cuando empiezo a plantear estas cuestiones de percepción, las personas que son habilidosas encontrando aparcamiento, se dan cuenta de la cantidad de operaciones mentales y de percepción que hacen sin darse cuenta.

Porque si llevamos el razonamiento “solo es necesario visualizar aparcar” al límite, ¿eso significaría que, por ejemplo si 10,000 conductores “visualizasen” aparcar su coche en la plaza de l’Ajuntament de València, lo podrían hacer, cuando solo caben unos 500? Es imposible. ¡Para ello se tendrían que poner en pilas de varios decenas de coches!

 

¿PORQUÉ EL ÉNFASIS EN LO «POSITIVO»?

En mi experiencia como psicoterapeuta y formador desde hace más de 20 años, entiendo ese énfasis en lo positivo. Con mucha frecuencia en mi trabajo me he encontrado a muchas personas que saben lo que NO quieren y en cambio no saben lo que SÍ quieren. Cuando alguien piensa/siente regularmente a lo largo del día: “no quiero hundirme” o algo parecido, para procesar ese tipo de pensamiento, necesariamente hay que pensar/sentir en hundirse y, dependiendo de la estructura mental de la persona, es muy probable que se hunda.

Desde hace décadas se ha comprobado que las negaciones no suelen funcionar bien: “No doy la talla”, “No quiero que me critiquen” suelen inducir a conseguir lo que NO quieres. Aunque hay otras formas más sutiles englobadas en el fenómeno llamado profecía autocumplida: “Tengo miedo de explicarme mal”, “Me voy a casa pensando en los disgustos del día”. Si creo que eso es así, tendré la tendencia a proyectarlo como si fuese real, lo cual contribuirá a hacerlo real, de manera que será más probable que sienta más miedo al hablar y acabe amargándome la noche cuando llegue a casa.

Algunas disciplinas proponen que únicamente hay que cambiar las frases en “positivo” y ya está. En algunos casos sí que puede funcionar, pero en general la cosa no es tan sencilla. Hay que tener ciertas evidencias de que ese tipo de frases funciona para ese individuo y activan actitudes adecuadas, cosa que hacemos en el modelado conductual. Esas frases unas veces funcionan y otras no, dependiendo de la estructura mental de la persona: el tipo de creencias de fondo, la ecología mental, su disciplina aplicando el cambio propuesto, por poner unos pocos ejemplos.

 

VARIEDAD DE MANERAS DE SER «NEGATIVO»

Un caso muy ilustrativo que explicó John McWhirter, el creador del DBM®, me impactó sobremanera. Una señora estaba en una fiesta pasándoselo fenomenal. Llevaba horas de diversión y cuando le quedaba poco para irse se tomó un café y se le derramó con tan mala fortuna que le manchó la blusa. Y exclamó: “¡Qué asco de fiesta!”. Mentalmente manchó toda la fiesta de café. No pensó: “Qué lástima que no haya podido disfrutar este último momento de la fiesta, aunque el resto ha sido formidable”. Ese era un hábito que tenía, cuando una parte le salía mal, entonces todo estaba mal aunque no era consciente de ello.

Un ejemplo de empresa. Hay profesionales que planifican algo y si hay un área que no se planificó adecuadamente, su conclusión es que todo está mal planificado, en lugar de identificar, cual era el área mal planificada y cómo planificarla bien y comprobar si la nueva planificación encaja en el conjunto. Este modo de funcionar mentalmente, tiene que ver más con dónde y cómo enfocas la atención y no tanto en lo que ocurre en el mundo.

Para plantearlo en términos de hábitos mentales, hay personas que tienen la tendencia a escanear lo “negativo” y en cambio lo “positivo” no. Cosa que he comprobado con frecuencia dentro y fuera de mi trabajo.

CÓMO CAMBIAR ALGUNOS HÁBITOS MENTALES Y SER «POSITIVO»

Ahora bien, otro asunto importante es cómo hacer cambiar ese enfoque negativo.

Hace unos años estaba impartiendo formación a personal de una ONG que estaba en la calle para hacer afiliados. Trabajaban por las mañanas de 10 a 2 y, algunos, hacia las 11 no habían hecho ningún socio y pensaban “Qué mal día hoy”. Aunque esto nos puede parecer natural, hay un problema de pensamiento. Para ser exactos deberían pensar: “Hasta ahora, a las 11, no he hecho ningún socio”. Las personas que cambiaban reiteradamente la vieja manera de pensar por la nueva dejaron de contaminar “negativamente” las tres horas restantes y al tenerlas “limpias” se centraron eficazmente en su trabajo.

A veces hay asuntos de fondo, ideas que no funcionan. Me he encontrado con personas que, en en su fuero interno piensan: “Solo hay que atender a lo que funciona mal”. Ahora bien, cuando les pregunto porqué se enfocan solo en lo que no funciona, después de meditarlo responden algo así como: “Para solucionarlo”. Y llegan a darse cuenta de que en realidad no se dedican a superarlo, sino solamente a identificarlo y, entonces, suele ser más fácil que se involucren en pensar y solucionar sus problemas.

En otras ocasiones, tienes que tener las competencias adecuadas. El caso del piloto de aviación que comentaba en esto otro artículo es un buen ejemplo.

También hay personas que piensan que solo se necesitan herramientas para cambiar. Además hay que saberlas utilizar. Lee este otro artículo ¿Solo hacen falta herramientas para desarrollarnos? para entender sutilezas de nuestra manera de pensar y cómo puede ayudarte a avanzar.

Como verás, los beneficios de la capacitación desarrollativa, van mucho más allá de los enfoques «mágicos» y nos ayudan a saber qué nos limita y poderlo solucionar de una forma más eficaz y precisa, lo cual nos facilita potenciar nuestra carrera profesional e incrementar nuestra satisfacción.

Si quieres experienciar por ti mismo cómo te pueden ayudar los modelos DBM®, puedes formarte en grupo. En Actividades para participar en algunos de nuestros talleres y formaciones.

Y si lo que buscas es ayuda individual entra en Cambio personal. Trabajo presencialmente en València y también por videoconferencia y teléfono.

Llámame al 695 015 569 y te orientaré personalmente en tu asunto.

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